viernes, 15 de abril de 2011

Literatura Euskera

La literatura en euskera es la literatura que utiliza como vehículo de expresión el euskera. Hasta el siglo XVI fue una literatura predominantemente oral y popular, tal y como se puede apreciar en el influjo que tuvo en sus inicios escritos. La primera obra impresa exclusivamente en euskera es la antología de Bernat Dechepare, Linguae Vasconum Primitiae, publicada en 1545, que es aún hoy aun uno de los textos más citados en defensa o como referencia al euskera. En 2004 se descubrió también un manuscrito, de Juan Pérez de Lazarraga, que puede arrojar nueva luz sobre los orígenes de esta literatura.


Durante el siglo XVII la literatura en euskera vivió su Edad Dorada, en la que prosperó la poesía y la prosa religiosa. A lo largo de su historia, la literatura en euskera encontró graves obstáculos para su desarrollo, como su gran variedad dialectal, que dificultó la creación de una lengua literaria que sirviera como modelo común, la falta de uso como lengua oficial administrativa, el desapego de las élites y sobre todo la prohibición de su uso en la administración y sistema educativo a partir de finales del siglo XVIII.


1 - Literatura en la Edad Media.

Se sucedió la sustitución lingüística del latín por el occitano como lengua administrativa, oficial y judicial en el Reino de Navarra, aunque pronto encontró en la corte una competidora, el romance navarro, que gozaría tambien de la oficialidad, a diferencia del euskera, que aun siendo la lengua de la mayoría de los habitantes del reino carecía de prestigio social. Las primeras baladas euscaras, tanto para las guda-kantak (Cantares de la Batalla o Epicos) como eresiak femeninas (Cantares funebres). Destacan entre ellas la Eresia de Milia de Lastur y Bereterretxen Khantoria.

- Cantares Epicos: Gudu Kantak.

Se las conoce también con el nombre de romance, se basan en la narración de hechos de todo tipo y se clasifican en el género conocido como épica. Son fruto de la literatura popular y han tenido y tienen como único soporte la memoria. La datación suele ser uno de los principales problemas de estas composiciones, pues a pesar de que muchas se basan en hechos históricos datados como la quema de Modragón (1448) o hay personajes rastreables como un noble (en el caso del cantar de Bereterretxe), se desconoce la fecha en la que fueron compuestas.


- Elegías femeninas: Eresiak.


Los cantos fúnebres (eresiak) recogidos de aquella época y estaban prohibidos, lo que confirma que las mujeres (llamadas en el fuero profazadas) componían versos con ocasión de duelo y celebración. Hay constancia de que eran ellas las que se especializaron en las eresiak, lamentos fúnebres que se recitaban en funerales y velatorios. La circunstancia de pronunciar estos lamentos en público y estar dirigidos a un auditorio, hacía que estas improvisadoras (pues las eresiak son obras de endechadoras orales) encerraran una dramatización muy particular a quienes a veces respondían otras, dando lugar a debates en verso semejantes a los de los versolaris modernos.

 
2 - Literatura en el Siglo XVII: El siglo de Axular.

La literatura de esta época fue utilizada por el catolicismo para empujar a la Contrarreforma y es por ello por lo que en parte queda limitada por ella. Su objetivo principal era adoctrinar al pueblo llano, es por ello por lo que la poesía y la prosa son tan cercanas a la oralidad; ejemplo de ello es el uso de la prosa retorica en los oradores y de los metros del versolarismo en la poesía.

En su intento por seguir con las órdenes del Concilio de Trento, es decir; de educar al pueblo en la doctrina cristiana en su propio idioma; Axular y los eclesiásticos que lo seguirían consiguieron poner las bases firmes del euskera escrito y es por ello por lo que los críticos reconocen la deuda que el euskera tiene a estos.

Se le llama el siglo de Axular o el de la Escuela de Sara al siglo XVII, pues los críticos consideran que fue este quien le dio la fuerza que necesitaba a la prosa en euskera, a pesar de que la traducción de Leizarraga en el siglo anterior pues las bases para realizar estas. Probablemente la mayoría de autores de esta época se conocieron, pues por ejemplo Bertrand Etxautz, obispo de Bayona, escribió una carta llena de elogios 43 años después de la publicación del Gero.


 
3 - La escuela de Sara.

El siglo XVII fue una etapa de espiritualidad, y la cultura estaba muy vinculada a ella. Los sacerdotes de la zona la difundían en la lengua que mejor entendía el pueblo: el euskera. Por ello, el siglo XVII es un periodo de florecimiento de la cultura vasca. Son de esta época los escritores que conforman la llamada Escuela de Sara: un grupo de escritores unidos por unos rasgos de estilo dentro de la historia de la literatura en esta lengua. En este siglo también se encuentran autores como Oihenart Juan de Tartas.

Los miembros de la Escuela de Sara procedían principalmente del triángulo formado por las localidades de Sare (Sara en euskera, de donde recibe el nombre la escuela), San Juan de Luz y Ciboure. Entre sus miembros cabe destacar a los sacerdotes Axular y Etxeberri Ziburukoa. En provincias vecinas se encuentran también a autores como Materre, Klaberia, Hirigoyti o Guillentena. Los escritores de la escuela de Sara tenían ciertos rasgos comunes:
  • En su mayoría eran eclesiásticos que escribían libros religiosos.
  • Todos habían cursado ciencias humanas.
  • Usaban un euskera popular, sin los latinismos de Leizarraga.
  • Formaban un grupo y se censuraban unos a otros.
  • Cultivaron especialmente la poesía.
4 - Literatura de los Siglos XVIII y XIX.

En el siglo XVIII, la obra del jesuita Manuel de Larramendi (1690-1766), filólogo y estudioso del euskera, que utilizó generalmente el castellano, sirvió de acicate para la creación literaria en lengua vasca. Fue autor de De la antigüedad y universalidad del bascuence en España (Salamanca, 1728), y un Diccionario castellano, bascuence y latín (San Sebastián, 1745). También escribió la primera gramática vasca, con el título de El imposible vencido (Salamanca, 1729). Contemporáneo de Larramendi fue otro jesuita, Sebastián de Mendiburu (1708-1782), que utilizó el dialecto alto navarro y escribió sobre todo prosa religiosa.
El siglo XIX vio un mayor desarrollo de los estudios filológicos y antropológicos, con figuras como Resurrección María de Azkue, que de la literatura en lengua vasca, la cual conoció un marcado declive, que, paradójicamente, sólo comenzó a remitir cuando, en 1876, fueron derogados los Fueros vascos. La obra, tanto literaria como política, de Sabino Arana es una de las expresiones más evidentes del proceso de recuperación del vasquismo, que desembocaría en la creación del nacionalismo vasco.

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